Columbiformes

Orden: Columbiformes
Las palomas actuales han cambiado poco desde su aparición, que tuvo lugar a fines del Cretácico o principios del Terciario. Los tipos de mayor tamaño se han desarrollado en las islas de clima cálido, libres de predadores, sobre todo durante el Pleistoceno, cuando existieron varias formas grandes, y a menudo no voladoras, en las islas Mascareñas, situadas en el océano índico.

El vivió desde el Pleistoceno a épocas recientes en las Mauricio, y media 1 m. de altura.
El Dodo era una paloma terrestre gigante, una nueva víctima de la destrucción humana. No voladora y de movimientos lentos, fue presa de los marineros que pasaron por las islas del océano índico para reabastecerse.
Era más o menos del tamaño de un pavo actual; estaba recubierto de plumas suaves y aterciopeladas, y tenía el cuerpo gordo (pesaba alrededor de 23 kg), la cabeza grande y una cara pelada.
Su pico era enorme y ganchudo, y la cola, rizada y empenachada. Las alas eran diminutas y no servían para nada; anadeaba sobre las patas, provistas de tres dedos, alimentándose de plantas bajas, semillas y frutos caídos.
No había ningún predador natural en la isla que perturbara su lenta evolución. Pero el hombre y los seres que éste introdujo (los cerdos y los perros) acabaron con el dodó en el siglo XVII, menos de 200 años después de su descubrimiento.
Orden: Ciconiformes
Este orden abundante incluye las aves acuáticas modernas: las zancudas (a excepción de las aves acuáticas que se cazan), las aves acuáticas y las rapaces.
La mayoría evolucionó y se diversificó para ocupar habitáts diferentes hacia el final del período Cretácico.
Las rapaces, como las águilas, estuvieron muy difundidas a partir del Eoceno.

El Harpagornis moorei vivió desde el Pleistoceno a épocas recientes en Nueva Zelanda, posiblemente media 1,1 m. de altura.
Es posible que esta águila no haya sido mucho más grande que muchas de sus parientes actuales, las águilas y los buitres del Nuevo Mundo, pero era más fuerte y corpulenta.
Las patas eran robustas y tenían unas garras pesadas, el pico era ancho y muy ganchudo, y las poderosas alas, desplegadas, medían alrededor de 2,1 m.
Convivió con los moas en Nueva Zelanda, y se extinguió más o menos por la misma época, quizás en fechas tan recientes como el siglo XVII.
Como no había otros predadores grandes en las islas, es posible que se alimentara de los moas más pequeños, como Emeus crassus, y de otras aves, como el ánsar no volador, ya extinguido.
Los moas habrán constituido unas presas bastante voluminosas, pero su probable lentitud, unida al tamaño reducido de la cabeza y el largo cuello, los habrán hecho vulnerables a los ataques aéreos. Sin duda, sus pichones habrán sido presa fácil para las rapaces.