La macabra historia del cerebro fosilizado


La masa de aspecto viscoso de la imagen es el cerebro fósil humano más antiguo hallado en Europa. Tiene la friolera de 2.500 años de antigüedad. Lo encontró un grupo de arqueólogos británicos dentro de un cráneo hundido en tierra oscura y con la cara boca abajo. Solo. Sin cuerpo.
Cerebro fósil (Foto: York Archaeological Trust)
Aunque parezca un cerebro fresco, está fosilizado. (Foto: York Archaeological Trust)
Sucedió en 2008, estaban excavando en un yacimiento en Heslington East, buscando precisamente restos de hombres del pasado. Hay evidencias de presencia humana en esa zona desde el año 300 a.C. Es un área donde se cultivaba y se criaba ganado.
Los científicos recogieron el inquietante cráneo y se lo llevaron al laboratorio. Lo examinaron y lo escanearon para verlo por dentro. Y entonces encontraron la extraña maravilla: una masa pequeña y deforme de color amarillo pegada en la parte superior. Era el cerebro seco y encogido. Es muy excepcional encontrar cerebros fosilizados. Este órgano es en su mayoría grasa, uno de los componentes de la materia orgánica preferida de los microbios, una de las partes de un cadáver que primero devoran.
Así que los arqueólogos formaron un equipo con químicos y neurólogos para estudiar juntos la composición de la masa cerebral y así averiguar qué sucedió para que el órgano sobreviviera al paso del tiempo.
La parte gris es el cerebro (Foto: York Archaeological Trust)
La parte gris es el cerebro (Foto: York Archaeological Trust)
Barajaron la posibilidad de que el cerebro hubiera sido sometido a algún tratamiento químico para su conservación dentro de algún tipo de rito mortuorio. Pero no han encontrado evidencias de embalsamación. La científica que ha liderado el proyecto, Sonia O’Connor, arqueóloga de la Universidad de Bradford, ha explicado que el cerebro se ha conservado sin pudrirse porque quedó sepultado muy rápidamente tras la muerte en el terreno anegado de agua y en ausencia de oxígeno. Es muy excepcional que suceda algo así.
Por más que lo han buscado no han encontrado el cuerpo al que pertenece la cabeza. Tras estudiar el cráneo a fondo han encontrado evidencias de un desplazamiento traumático de la vértebra de la base y nueve marcas de cortes hechos con algún instrumento similar a un cuchillo en esa vértebra. Por eso, creen que el hombre tuvo un final macabro: fue ahorcado y posteriormente decapitado. Con la cabeza, sus compañeros o enemigos, realizaron un ritual. El estudio detallado lo podéis leer en la revista ‘Journal of Archaeological Science’.

Sonia O'Connor examinando el cráneo. (Foto: York Archaeological Trust)