Científicos de la Universidad de Alberta hicieron el hallazgo que data de unos 70 millones de años de antiguedad; podría explicar la morfología y su evolución a las aves.
No se trata de un fósil de dinosaurio más. Siguiendo la pista del ámbar, un grupo de investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá) descubrió restos de plumas de dinosaurio conservadas en esa sustancia emanada por los árboles, que pertenecen al periodo Cretácico tardío.
Los fragmentos, bien conservados, de protoplumas de dinosaurio y plumas de aves permitirán una oportunidad única para examinar la estructura, función e, incluso, color de las especies extintas hace 65 millones de años, según se publica en un artículo de la revista Science.
Según los investigadores, este hallazgo efectuado en unos depósitos de carbón establecidos hace 78 o 79 millones de años, demostraría que los dinosaurios continuaron evolucionando, y las plumas estuvieron presentes en especies de dinosaurios y aves más primitivas hace 70 millones de años.
El hallazgo del ámbar de Alberta, permite a los investigadores examinar la morfología y la función de sus plumas, así como conocer mejor su evolución. "El plumaje especializado para el vuelo y para la natación subacuática había evolucionado ya en la aves del Cretácico superior", escriben Ryan C. McKellar (Universidad de Alberta) y sus colegas en la prestigiosa revista.
Se trata de 11 especímenes de plumas o protoplumas en el análisis de más de 4000 piezas de ámbar recuperadas en la zona del lago Grassy, en Alberta, que forman parte de las colecciones del Museo Royal Tyrell de Paleontología y de la Universidad de Alberta.
"Las plumas representan cuatro etapas distintas de la evolución. Se trata de la formación, protoplumas de un solo filamento, de plumas más complejas y de otras que pertenecerían a aves modernas buceadoras", agregó McKellar, que trabajó junto a sus colegas del Departamento de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera del centro canadiense.
Según los investigadores, las plumas tienen rasgos primitivos ya que las aves de hoy en día no podrían volar con estas de hace 100 millones de años. Lo que ayuda a la teoría de que las plumas evolucionaron primero en dinosaurios que no podían volar, quienes se valían de ellas para generar calor interno y el aislamiento que estas proveen, casi como el caso de los pingüinos..
No se trata de un fósil de dinosaurio más. Siguiendo la pista del ámbar, un grupo de investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá) descubrió restos de plumas de dinosaurio conservadas en esa sustancia emanada por los árboles, que pertenecen al periodo Cretácico tardío.
Los fragmentos, bien conservados, de protoplumas de dinosaurio y plumas de aves permitirán una oportunidad única para examinar la estructura, función e, incluso, color de las especies extintas hace 65 millones de años, según se publica en un artículo de la revista Science.
Según los investigadores, este hallazgo efectuado en unos depósitos de carbón establecidos hace 78 o 79 millones de años, demostraría que los dinosaurios continuaron evolucionando, y las plumas estuvieron presentes en especies de dinosaurios y aves más primitivas hace 70 millones de años.
El hallazgo del ámbar de Alberta, permite a los investigadores examinar la morfología y la función de sus plumas, así como conocer mejor su evolución. "El plumaje especializado para el vuelo y para la natación subacuática había evolucionado ya en la aves del Cretácico superior", escriben Ryan C. McKellar (Universidad de Alberta) y sus colegas en la prestigiosa revista.
Se trata de 11 especímenes de plumas o protoplumas en el análisis de más de 4000 piezas de ámbar recuperadas en la zona del lago Grassy, en Alberta, que forman parte de las colecciones del Museo Royal Tyrell de Paleontología y de la Universidad de Alberta.
"Las plumas representan cuatro etapas distintas de la evolución. Se trata de la formación, protoplumas de un solo filamento, de plumas más complejas y de otras que pertenecerían a aves modernas buceadoras", agregó McKellar, que trabajó junto a sus colegas del Departamento de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera del centro canadiense.
Según los investigadores, las plumas tienen rasgos primitivos ya que las aves de hoy en día no podrían volar con estas de hace 100 millones de años. Lo que ayuda a la teoría de que las plumas evolucionaron primero en dinosaurios que no podían volar, quienes se valían de ellas para generar calor interno y el aislamiento que estas proveen, casi como el caso de los pingüinos..