Han encontrado al abuelo del T. rex




T. rex, el gran predador del Cretácico

Sobre el Tyrannosaurus rex, el gigantesco tiranosaurio que fue el vértice de la pirámide alimenticia, el depredador supremo, durante millones de años, sabemos bastante. O por lo menos tenemos muchos fósiles de esa época, hace unos 65 millones de años, poco (relativamente) antes del exterminio total de los grandes saurios junto con el 60% de las especies de animales que existían. De hecho, ellos fueron los últimos animales dominantes antes de esa gran hecatombe.

Pero, en relación a su procedencia evolutiva, había una gran falta de fósiles en los 50 millones de años anteriores, y los únicos antecesores conocidos del T. rex, mucho más pequeños, vivieron en el Barremiano, un periodo del Cretácico inferior, hace entre 130 y 125 millones de años.

Pero un hallazgo reciente de fósiles en 
China podría cambiar esto: Cerca de la ciudad de Jiayuguan, han encontrado restos que pertenecen a otra especie de tiranosaurio, bautizada comoXiongguanlong baimoensis, y que tiene unos 105 millones de años de antigüedad.

Estos fósiles, tal com han publicado en Proceedings B, podrían corresponder al 
eslabón perdido en la evolución del T. rex, el pariente que lo une a sus antepasados mucho más pequeños.

Según los científicos, los fósiles muestran los primeros signos de las características que se volvieron muy pronunciadas en los tiranosaurios posteriores: el 
cráneo en forma de cajahuesos reforzados en la sien que podían soportar grandes músculos mandibulares,dientes frontales modificados y una columna vertebral mucho más fuerte para soportar la cabeza.

Pero también muestra características que están ausentes en otros tiranosaurios más antiguos, como un
hocico largo y delgado.

Este 
abuelo del T. rex era bastante más pequeño, pero no tanto como los fósiles del Barremiano: Un ejemplar adulto debía medir unos 1,5 metros de altura hasta la cadera (es la forma normal de medir para estos animales), y debía pesar cerca de 250 kilos.

De todos modos, el 
nieto fue bastante más crecidito, llegando el T. rex a los 4 metros de altura hasta la cadera y a más de 5 toneladas.