Fósiles guía

Los fósiles guía son aquellos utilizados para definir e identificar periodos geológicos. A la rama de la Paleontología (o de la Geología) que se encarga del estudio de los fósiles guía y de su utilización para la datación de terrenos se la llama Bioestratigrafía.
Ammonites, fósiles guía del Mesozoico
Ammonites, fósiles guía del Mesozoico



Su utilización parte de la premisa de que, aunque los diferentes sedimentos pueden parecer muy distintos dependiendo de las condiciones bajo las cuales se originaron, deben incluir restos de las mismas especies que existían en la época de su formación.
Si dichas especies tuvieron una vida corta (en términos geológicos), podrán ser utilizadas para determinar con bastante exactitud la edad del estrato en el que se encuentran. Cuanto más corta haya sido la duración de la especie, con más precisión podrá hacerse la datación. Por tanto, aquellos tipos de fósiles que evolucionan rápidamente son los más valiosos.
Para que un fósil funcione como guía debe ser común, fácil de identificar hasta el nivel de especie y tener una amplia distribución mundial.
Para las diferentes etapas del tiempo geológico, diferentes fósiles guía han sido utilizados.
Los ammonites cumplen todas las condiciones anteriormente citadas para el periodo Mesozoico en el que tuvieron su más amplia distribución. De la misma manera funcionan los trilobites para el Paleozoico o los foraminíferos para el Cenozoico.
Otros importantes grupos que son utilizados como fósiles guía son los corales, los graptolitos, los braquiópodos, los equinoideos o los dientes de diferentes mamíferos.
En muchas ocasiones, no es posible acceder a fósiles macroscópicos y es necesario hacer la datación utilizando los llamados microfósiles, que son más frecuentes de encontrar en cualquier tipo de terreno, aunque más difíciles de identificar en el campo, siendo preciso utilizar el microscopio.
Trilobites, fósiles guía del Paleozoico
Trilobites, fósiles guía del Paleozoico