El destino de los megalodontes


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Reconstrucción de un megalodón.
Casi 20 millones de años de dominio absoluto de los mares es tiempo suficiente como para ser considerado el mayor temor de los océanos. Este privilegio fue el que ostentó el megalodon (también llamado megalodonte o tiburón blanco gigante) desde hace 20 millones de años hasta 1,6 millones, tiempo durante el que fue el mayor temor de los peces, y de hecho el mayor depredador marino del que tenemos noticia..
Esta enorme bestia marina llegaba a medir entre 12 y 15 metros, aunque algunas estimaciones dan a entender que podría haber alcanzado en determinados casos metrajes de hasta 30 metros. Estos gigantes dominaron los océanos alimentándose nada menos que de ballenas y de otros animales marinos de gran tamaño.
Como todos los tiburones, los megalodontes tenían un esqueleto compuesto más bien de cartílago que de materia ósea, lo cual dificulta la conservación de sus fósiles. Sus enormes mandíbulas son aún objeto de fascinación, las cuales tienen bastantes parentescos con las de los tiburones blancosactuales, por lo cual se ha asociado una estrecha relación evolutiva ambas familias. ¿Pero qué ocurrió con estas enormes bestias marinas?
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Mandíbulas de megalodón.
Las teorías que explican su extinción sostienen la hipótesis de que al alimentarse de ballenas, estos tiburones estaban atados a su comportamiento. Al enfriarse progresivamente los mares del norte, las ballenas lograron adaptarse a esas temperaturas; sin embargo, los megalodontes habrían sucumbido al no conseguir la adaptación necesaria para subsistir en medios tan fríos.
No obstante, existen quienes creen que los megalodontes nunca se extinguieron y que aún continúan entre nosotros. De hecho, se los ha asociado a descripciones de bestias marinas escritas por viajeros, aunque se cree que muchas de estas son descripciones erróneas de otras clases de tiburones, como por ejemplo el tiburón blanco.