¿Anidaban las avispas en huevos de dinosaurios?



A partir del descubrimiento de fósiles de capullos de insectos, se cree que las avispas llegaron a anidar entre huevos en descomposición de dinosaurios.

Los científicos han estudiado huevos de titanosaurio de unos 70 millones de años de antigüedad encontrados en la Patagonia argentina.

Los titanosaurios pertenecían a un grupo de enormes herbívoros que incluía a las criaturas más grandes que habitaron nuestro planeta. Los huevos de los titanosaurios llegaban a medir casi 20 centímetros de largo.

Entre los fósiles de huevos encontrados en Argentina, los investigadores descubrieron ocho figuras con forma alargada de aproximadamente 2-3 centímetros de largo y un centímetro de ancho.

Estos extraños cuerpos parecían ser capullos de insectos fosilizados de tamaño y forma similar a los capullos de varias especies modernas de avispas.

Los bichos, elementos clave para la limpieza de los nidos

Los autores del estudio creen que el antiguo huevo se rompió de alguna manera antes de que nacieran las crías. Carroñeros como los grillos pudieron haberse alimentado de su yema, y las arañas, a su vez, se habrían comido después a los carroñeros.

Las avispas pudieron haber atacado o a los carroñeros o a las arañas en un primer momento, dejando sus huevos en los cuerpos de estas criaturas. Las crías de avispa tejerían después sus capullos dentro del huevo en descomposición.

Este descubrimiento constituiría la primera prueba de que invertebrados como los grillos sea alimentaron de los huevos de dinosaurio, puesto que es «la primera vez que se relacionan los capullos de avispa con los huevos de dinosaurio», afirmó el coautor del estudio Jorge Genise, entomólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales.

«A pesar de que los bichos se aprovecharon de la muerte de este huevo en particular, probablemente fueron clave a la hora de mantener limpios los nidos de los titanosaurios», añadió la coautora Laura Sarzetti, otra entomóloga del museo.

Así, al devorar la materia en descomposición, los insectos carroñeros limpiaban los nidos de posibles microbios peligrosos.