Los coproitos

Coprolito de tortuga del mioceno
¿Qué son los coprolitos?, ¿cuál es su importancia en los estudios paleobiológicos, y ¿qué tipo de información se puede obtener a partir de su análisis?
Los coprolitos son excrementos fosilizados de animales y se encuentran insertos en los sedimentos, dejando huellas y evidencias de su existencia y también de su conducta social. Los coprolitos son un ejemplo de trazas fósiles, es decir, corresponden a estructuras sedimentarias que registran o evidencian la existencia de un organismo, tales como: huellas, huevos, perforaciones, nidos, etc.
El estudio de los trazas fósiles brinda nuevas perspectivas para una mejor comprensión de la relación organismo/substrato y de esa forma interpretar condiciones de vida en tiempos geológicos pasados. Por lo tanto, los coprolitos revisten gran importancia en el estudio de localidades paleontológicas, ya que proveen de valiosa información y detalles sobre la dieta, ambientes del pasado y sobre la fauna asociada; por lo que no sólo corresponden a los desechos producidos por la digestión de los alimentos que fueron ingeridos. No sólo nos informan del animal que pudo producirlos, sino que también nos permite conocer a otros organismos que pudieron desarrollar parte de sus ciclos de vida en ellos y para los cuales constituyen una fuente de nutrientes, como en el caso de algunos insectos.
Por otra parte los análisis de muestras fecales actuales que buscan identificar parásitos también pueden ser aplicados en coprolitos tanto humanos como de animales. Lo  interesante es que estas técnicas y la experiencia de los especialistas permiten realizar hallazgos de estructuras parasitarias que habitaron en animales ya extintos. Por lo tanto, la presencia de estas formas parasitarias del pasado en agregados sedimentarios de restos vegetales (los que además presentan características muy distintas con los sedimentos en que fueron colectados), vienen a confirmar que dichos restos corresponden a coprolitos.
Los coprolitos del sitio Pilauco (cuatro ejemplares) fueron detectados en la excavación por presentar un color marrón más claro que el sedimento que los contenía, y por mostrar a simple vista una gran cantidad de restos vegetales en pequeños fragmentos. Al separarlos del sedimento portador, era notable su baja densidad aparente. Mediante diversas técnicas de laboratorio se han recuperado de ellos diversos restos de origen vegetal, como fragmentos de hojas y ramas, juncos, algas palustres, gramíneas, semillas, granos de polen, esporas y fragmentos de estructuras correspondientes a helechos, así como también fragmentos de cortezas, espinas, fitolitos y probables restos carpológicos. Dentro de los restos vegetales recuperados desde los cuatro coprolitos analizados se han identificado algunas estructuras tales como esporas de helechos de tipo Blechnum sp., Lophosoria sp.,Ophioglossum sp. e Isoetes sp. También se han identificado granos de polen de Podocarpus nubigena (mañío macho), Prumnopitys andina (lleuque), Pseudopanax laetevirens (sauco del diablo), Mirtaceas, (avellano) y Lomatia sp. Esta información podrá ser comparada RaphitamnusGevuina avellana con aquella obtenida en el análisis palinológico que se ha efectuado de los sedimentos del sitio Pilauco. Esta información es paleontológicamente muy importante porque nos permitirá conocer cual era la dieta de los animales, su comportamiento frente al alimento y sobre todo con esta información contribuir a las conclusiones que podemos hacer sobre el ambiente y la ecología del pasado que imperaban en norpatagonia chilena, especialmente en el sector que actualmente se encuentra el sitio Pilauco.
 Sin duda el hallazgo más relevante corresponde a formas parasitarias correspondientes a huevos de nematodos de los géneros Trichuris y Capillaria y de cestodos del género Moniezia. Debido a la presencia de este último tipo de huevo fósil podemos decir que los coprolitos pertenecen a herbívoros, ya que actualmente este género parasita sólo a los mamíferos rumiantes. De igual modo, el cestodo del género Anoplocephala sólo parasita hoy a los equinos. Los huevos pertenecientes a Capillaria y Trichuris de la familia Trichuridae, no parasitan actualmente a los equinos; sin embargo sí es posible encontrarlos en otros animales tanto herbívoros como carnívoros u omnívoros. No sabemos aún a cual de los animales pilauquenses parasitaron estos nemátodos y cestodos, pero podemos concluir con certeza que el contenido vegetal y formas parasitarias confirman que los coprolitos serían de animales herbívoros.