Una niña neandertal en Pinilla del Valle

Una niña neandertal en Pinilla del Valle
Tenía dos años y medio. Medía menos de un metro. Era, posiblemente, una niña. Y pelirroja. Pertenecía a una comunidad neandertal, la especie previa del homo sapiens a la que todos hoy pertenecemos. Su rastro ha sido hallado en un calvero de la localidad serrana de Pinilla del Valle, a 90 kilómetros al norte de Madrid.

El individuo, de unos dos años y medio de edad, vivió hace más de 40.000 años y, aunque aún no se ha confirmado que su género fuese femenino, los científicos ya le han bautizado como "niña de Lozoya", en honor a este valle, del que se sospecha habría alojado un asentamiento estable de neandertales.


Concretamente, el descubrimiento se ha producido en el yacimiento denominado Cueva Des-cubierta, en el que también se han encontrado herramientas fabricadas en diversas piedras, como sílex o cuarzo, según ha detallado en la presentación de las conclusiones de la décima campaña de excavación uno de sus tres codirectores, Juan Luis Arsuaga.


Para este paleoantropólogo, "los neandertales debieron sentirse atraídos por el valle del Lozoya como por un imán", debido a la "abundantísima" fauna, de la que se han hallado restos de uros, leones, rinocerontes y osos pardos en las proximidades.


Los investigadores han subrayado que, aunque es pronto para confirmar la fecha, estiman que la niña vivió entre 40.000 y 50.000 años atrás y que, por el momento, se han encontrado restos humanos de otros dos individuos adultos que prueban la presencia de neandertales "clásicos" en este valle entre hace 250.000 y 40.000 años.


Con los datos obtenidos hasta ahora, los científicos han podido deducir que la niña de Lozoya midió menos de un metro y que fue rubia o pelirroja.


Además, las características del lugar en el que fue descubierta apuntan a que, probablemente, sus congéneres prepararon una sepultura y llevaron a cabo "algún tipo de ritual funerario", según el arqueólogo, director del Museo Arqueológico Regional y codirector del yacimiento, Enrique Baquerano.


Entre las posibles causas de su muerte, los científicos han citado la elevada mortalidad de los menores tras el destete -etapa en la que se encontraría la niña de Lozoya-, y la posibilidad de que su madre quedase embarazada de nuevo, algo que, según los expertos, ponía en riesgo la supervivencia del hijo anterior.


A la presentación de estos restos ha acudido también el vicepresidente y consejero de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, quien ha anunciado que el proceso de compra de los terrenos del Calvero de la Higuera está "casi completado", lo que permitirá abrir los yacimientos a visitas guiadas.


De cara al futuro, los científicos que trabajan en estos yacimientos intentarán responder a cuestiones como por qué los neandertales desaparecieron del valle del Lozoya, y proseguirán excavando en nuevos yacimientos muy próximos al de esta niña, situados en el complejo kárstico "Los Calveros".


De estas cuevas, el geólogo y codirector de los yacimientos, Alfredo Pérez-González, ha afirmado que aún se sabe poco, pero sus dimensiones de varias decenas de metros y la presencia de sedimentos y restos de fauna prometen nuevos descubrimientos.