Extraer y analizar ADN antiguo de cualquier animal prehistorico es posible mientras este se haya podido conservar de alguna forma y no se haya degradado. Hasta la fecha solo se ha encontrado ADN de animales congelados o momificados.
El problema con los grandes dinosaurios es que solo se han encontrado restos fosiles y la fosilizacion destruye la mayor parte del ADN (transformandolo en materia inorganica).
En teoria sólo se podría recuperar ADN de un dinosaurio congelado, conservado en un pantano de turba o momificado (cosa que no a pasado todavia).
Existen tambien dos tecnicas que podrian funcionar para obtener ADN antiguo y de las que se habla en Parque jurasico.
a) Procedimiento de Loy.
Mediante la técnica de los anticuerpos de Loy, a veces se puede obtener ADN directamente de los huesos. El veinte por ciento de las proteínas es aún recuperable a través de la pulverización de los huesos y el posterior uso del procedimiento de Loy.
El mismo doctor Loy lo empleó para obtener proteínas de marsupiales australianos extinguidos así como células sanguíneas de antiguos restos humanos.
Pero esta técnica solo es adoptada como respaldo en Parque Jurásico ya que un rendimiento del veinte por ciento es insuficiente y se necesitaria toda la cadena de ADN de un dinosaurio para poder hacer clones.
b) El Ámbar:
La sabia de árbol a menudo fluye sobre los insectos y los atrapa. Entonces, los insectos quedan perfectamente conservados en el fósil. Se encuentran toda clase de insectos dentro de ámbar incluyendo insectos con aguijón que podrian haber succionado la sangre de animales más grandes y con suerte, de dinosaurios. Si este insecto tuviera células sanguíneas no pertenecientes a él, seria posible extraerlas y obtener ADN.
Ademas el ADN de dinosaurio es algo más fácil de extraer con este proceso que el ADN de mamífero. El motivo es que los glóbulos rojos de los mamíferos no tienen núcleo y, por tanto, carecen de ADN en esas células. Para hacer la clonación de un mamífero hay que encontrar un glóbulo blanco, que es mucho más raro que los rojos. Pero los dinosaurios tenían glóbulos rojos con núcleo, al igual que los pájaros modernos.
En realidad, los científicos estudian desde hace mucho tiempo insectos fosilizados en ámbar, pero no han encontrado todavía ninguno con sangre en su interior. Además, obtener el ADN de esa sangre sería complicado, ya que el insecto tendría que haber muerto antes de haberla digerido, pues la digestión dañaría el ADN.